27 Junio 2016
Hna. Olga Aseneth Salazar García – México
Estaba en secundaria y todavía recuerdo el día que los Hermanos Lasallistas nos invitaban a reflexionar sobre nuestro futuro y la posibilidad de servir a Dios como ellos lo hacían. Aunque no entendía en ese momento lo que querían decirnos, nacía en mi corazón una inquietud por conocer su vida. Entonces, me preguntaba ¿Cómo será la vida de las Hermanas? Desde ese momento, Alguien me iba preparando para escuchar y dar una respuesta.
Pasaban los años y sin saber, estaba conociendo a Jesús, me estaba enamorando de Él, estaba descubriendo el gran regalo de la vocación, estaba escuchando la llamada que me hacía a ser Consolación.
Disfrutaba mucho en las reuniones de los grupos del colegio, en la oración, en las dinámicas, en los apostolados, en los encuentros lasallistas, en misiones. Me gustaba tanto, que decidí irme un año al voluntariado misionero y ahí, escuché otra vez la invitación que Dios me hacía, a estar con Él, a servir… era la llamada y la urgencia de una respuesta…pero tenía miedo a equivocarme, a no encontrar la felicidad. Intentaba olvidarme de aquel día de secundaria, y de todo lo que había vivido esos años, pero un día en la universidad, en tiempo de Pascua, en la gran fiesta de la Resurrección de Jesús, llegó el momento de decidir, de elegir, de entre lo bueno, lo mejor… era el tiempo de compartir mi alegría, de escuchar otra vez y de responder a esa invitación de Dios para ser Hermana de la Consolación. Desde entonces, soy feliz de conocer y de amar cada día más a Jesús, para que también muchos más lo conozcan lo amen y lo sigan.
Olga Aseneth Salazar García