De entrada, si te mueves por esta página web te podrás hacer una idea. Nos puedes encontrar en colegios, en centros de asistencia socio-sanitaria, en casas de acogida, en colaboración con la comunidad parroquial, en misiones; sirviendo preferentemente a los pobres, a los sencillos y a los que sufren. Nos comprometemos a luchar por la justicia, a sostener como Cristo lo hizo, la esperanza de los pobres.
La vida religiosa es un proyecto de realización personal y humana. Y si la vida religiosa es un camino de realización humana, los votos religiosos, aunque aparentemente podrían ser percibidos como lo contrario, son los instrumentos para ejercer la libertad y hacer brotar lo mejor de nosotras mismas. Así pues, lo importante no es, si es más o menos difícil, la clave, es si te sientes llamada y sostenida por Dios en este estilo de vida. Sí es así, irás superando las dificultades y sentirás la satisfacción de vivir de esta manera el seguimiento de Jesús, al estilo de María Rosa Molas, en plena disponibilidad para la misión apostólica que la Congregación te encomiende.
Sí, ciertamente, son muchos años de formación, pero ¿qué prisa hay? Además, no son años de estudio solamente. Son años de ir conociendo cada vez más a fondo, qué quiere decir y qué implica ser hermana de la Consolación en nuestro mundo y en nuestra iglesia. Y esto hay que hacerlo bien, sin precipitaciones, dejando que cada etapa y cada experiencia vayan dando forma y confirmen nuestra vocación.