CRISTO VIVE “Una combinación maravillosa"
La convivencia intergeneracional hoy, resulta no pocas veces difícil, en ocasiones imposible. Preguntémonos porqué, cuál es el obstáculo. Seamos valientes, descubramos la oportunidad que brindan el joven y el anciano. Son riqueza recíproca.
El Papa Francisco hace una consideración, en mi opinión muy acertada, “si los jóvenes y los viejos se abren al Espíritu Santo, ambos producen una combinación maravillosa” (CV 192). Ellos se complementan. Los ancianos pueden compartir, narrar, aportar los recuerdos construidos a lo largo de su vida, la experiencia de tanta vida, la sabiduría de los años. Los jóvenes, si conocen, si han escuchado esta vida, que es don, pueden mirar un horizonte abierto, que les ofrece caminos para andar y proyectos para desarrollar.
“Todos hemos recibido, antes de nacer, de parte de nuestros abuelos, la bendición de un sueño lleno de amor y de esperanza. Aunque, el primer sueño que precede y acompaña toda nuestra vida es el sueño de Dios. Es bueno recordar, pasar por el corazón, esta bendición extendida de generación en generación, tenemos la responsabilidad de mantenerla viva y transmitirla también nosotros” (CV 194).
Hay una sabiduría transmitida de generación en generación, como decía en el artículo anterior, que no la podemos encontrar en las páginas web, en las redes sociales…, no puede encerrarse en el amplio mundo digital. La sabiduría que necesitamos para la vida está en las narraciones de los ancianos, en la sabiduría acumulada de sus años.
Vosotros jóvenes, ¿dedicáis tiempo a aprender de los ancianos? ¿Os sentáis al lado de vuestros abuelos, padres, personas mayores que son referentes… a escuchar los capítulos de su experiencia de vida? Ellos enseñan más que internet y los libros.
A los mayores y adultos, el Papa Francisco encomienda “ser guardianes de la memoria” (CV 196). No os canséis “de enseñarles que se experimenta mayor alegría en dar que en recibir, y que el amor no se demuestra solo con palabras, sino también con obras.” (CV 197)