Dicen que amar no es un juego, amar es comprometerse. Dicen que amar duele, pero que también te llena de vidas, de historias. Dicen que amar es una batalla que solo luchan aquellos que no tienen nada que perder, los que quieren apostar por algo más. Dicen que amar es un baile entre el perder y el ganar. Dicen que amar nos hace libres y humildes.
Amar no es fácil, pero nadie ha dicho que sea imposible. Por eso creo que amar es de valientes.
Hay que ser valiente para amarse a uno mismo. Amar el propio corazón, que a veces se acostumbra a vivir golpeado y ser capaz de mirar esa herida con cariño, para convertirla en cicatriz.
Hay que ser valiente para amar a alguien de verdad, porque a veces tendremos que renunciar a aquello que nos gusta o dejar nuestros propios intereses a un lado. Nos tocará acoger sus cansancios, su mal humor, sus batallas,... y en alguna ocasión tendremos que dejarle marchar. Amar duele y es verdad, porque a veces ganamos, perdiendo.
Amar me llena el corazón de nombres, de instantes que duran para siempre, de recuerdos inolvidables, de batallas ganadas, de heridas cicatrizadas,…
Es verdad, amar es de valientes, amar es arriesgarte, dar un salto de fe muchas veces en un mar de dudas e incertidumbres. Amar es lo que da sentido a la vida, entregando ese amor muy humano y a la vez muy divino, es capaz de aliviar, sanar, consolar en la medida en que nos entregamos totalmente, sin miedo, a amar.
Por eso, amar es de valientes, ¿te atreves?