CRISTO VIVE “El verdadero Dios, el que te ama, te quiere feliz”
CRIST VIU! “Ser joven, una fortuna”
¡CRISTO VIVE! “Déjate enamorar”.
“Dios te ama. Cristo te salva. Él vive”. En estas verdades, está el Padre, Jesús y consecuentemente el Espíritu Santo. “Es el Espíritu quien te ayuda a crecer en esa alegría si lo dejas actuar. Él te hace entrar cada vez más en el corazón de Cristo para que te llenes siempre más de su amor, de su luz y de su fuerza” (CV 130).
El Papa Francisco te invita a “invocar cada día al Espíritu Santo para que renueve en cada uno la experiencia del gran anuncio. No pierdes nada, y Él puede cambiar tu vida, iluminarla, redirigirla, no te mutila, no te quita nada, al contrario, te ayuda a encontrar aquello que necesitas de la mejor manera. ¿Por qué no?” (CV 131) ¿Qué buscas? No tengas miedo a abrirLE las puertas de tu vida y dejarLE entrar, Él tiene la clave de tu vida.
Christus Vivit, en el número 132 dice: ¡Enamórate! ¡Déjate enamorar!, porque “nada puede importar más que encontrar a Dios. Es decir, enamorarse de Él de una manera definitiva y absoluta. Aquello de lo que te enamoras atrapa tu imaginación, y acaba por ir dejando su huella en todo. Será lo que decida qué es lo que te saca de la cama en la mañana, qué haces con tus atardeceres, en qué empleas tus fines de semana, lo que lees, lo que conoces, lo que rompe tu corazón y lo que te sobrecoge de alegría y gratitud. ¡Enamórate! ¡Permanece en el amor! Todo será de otra manera” (Oración del P. Arrupe)
Déjate enamorar, es Él quien tiene la iniciativa, quien te busca, quien te ama primero. Sólo desde un corazón enamorado de Dios podemos anunciar una y otra vez las tres verdades. Anunciar con la palabra y con la vida, es una invitación y una exigencia. Nunca debemos callar.
¡CRISTO VIVE! “Él vive”.
¡CRISTO VIVE! “Aférrate a Él”.
“Cristo, por amor, se entregó hasta el final para salvarte”, esta es la segunda verdad que el Papa Francisco quiere que anunciemos y escuchemos una y otra vez. “Los brazos abiertos de Cristo son el signo más precioso de un amigo capaz de llegar hasta el extremo “(CV 118).
Piensa un momento. Cristo quiere salvarte, ¿de qué necesitas ser rescatado? Cristo te salva hoy. “Mira la Cruz, aférrate a Él y déjate salvar” (CV 119). Él no se cansa de liberarnos siempre. Nos perdona setenta veces siete porque, sencillamente, nos ama. Esta es la primera verdad “Dios te ama” (CV 112).
Su amor nos permite levantarnos de cada caída y empezar de nuevo, con ilusión y alegría. Su amor “es más grande que nuestras contradicciones, fragilidades y pequeñeces… Cristo quiere escribir esta historia de amor” (CV 120). Él te abraza siempre, te perdona y te libera de manera gratuita.
Vosotros, jóvenes, tened presente: “¡No tenéis precio! ¡No sois piezas de subasta! No os dejéis comparar, seducir, esclavizar por nada ni nadie” (CV 122).
“Mira los brazos abiertos de Cristo, déjate salvar una y otra vez” (CV 123) Él lo quiere, deja que te rescate.
Te animo, en silencio, a mirar a Jesús con los brazos abiertos en la cruz… y dejar resonar en tu interior estas palabras: “Cristo, por amor, se entregó hasta el final para salvarME”. Deja que calen en ti lentamente, igual que cae el agua de la lluvia sobre la tierra y la empapa.