¿“Qué es la ternura”? Con esta pregunta nos introduce el Papa Francisco en el nº 194 de la Encíclica Fratelli Tutti, y no sólo nos lanza la pregunta, sino que nos la responde:
“Es el amor que se hace cercano y concreto. Es un movimiento que procede del corazón y llega a los ojos, a los oídos, a las manos, (…) La ternura es el camino que han recorrido los hombres y las mujeres más valientes y fuertes” (FT194)
El Papa Francisco, con dolor de corazón pero con mucho realismo, como profeta estos tiempos, sigue trayendo a nuestra consideración los “flagelos” que sufre la humanidad:
“el fenómeno de la exclusión social y económica con sus consecuencias de trata de seres humanos, comercio de órganos…, explotación sexual de niños y niñas…drogas, terrorismo y crimen internacional organizado…
“A partir del amor social” es posible avanzar hacia una civilización del amor a la que todos podamos sentirnos convocados. La caridad, con su dinamismo universal, puede construir un mundo nuevo, porque no es un sentimiento estéril, sino la mejor manera de logar caminos eficaces de desarrollo para todos. El amor social es una “fuerza capaz de suscitar vías nuevas para afrontar los problemas del mundo de hoy y renovar profundamente desde su interior las estructuras, organizaciones sociales y ordenamientos jurídicos” (FT 183)
“La verdadera caridad (…) si debe expresarse en el encuentro persona a persona, también es capaz de llegar a una hermano o un hermano lejano e incluso ignorado, a través de los recursos que las instituciones de una sociedad organizada, libre y creativa son capaces de generar” (FT165)
Son muchos los números de la Exhortación Fratelli Tutti en los que Papa Francisco insiste en la necesidad de poner en el centro a la persona y el respeto a su dignidad en todos los ámbitos de la vida y recordarnos que todos “estamos interconectados”, que todos nos necesitamos, que una sociedad se construye entre todos, cada cual aportando, desde su tarea y responsabilidad, al bien común.