Identidad

El Carisma de la Consolación se ha ido extendiendo, desde que en 1858 Mª Rosa Molas fundara la Congregación para llevar al hombre la Consolación de Dios,
en cuatro continentes y en diecinueve países. En estos lugares hermanas y laicos damos rostro humano al Carisma, respondiendo al grito de Dios: Consolad, consolad a mi pueblo.
Nos encontramos presentes en cuatro países de Europa: España, Italia, Portugal y Eslovaquia.

Las Hermanas de la Consolación pisamos tierra venezolana en 1924. Con este hecho histórico, la Congregación inicia su expansión en el continente latinoamericano, continente del indio, del negro, del mestizo y del blanco.

En la actualidad estamos presentes en ocho países: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, México, Perú y Venezuela. Nos insertamos en este mundo, tan rico en culturas concretas y realidades diferentes, buscando e integrando los rasgos de consolación que subyacen en ellas y manifestando la vida del Dios, que quiere seguir consolando a su pueblo y hablando al corazón de América latina.

Las Hermanas de la Consolación llegamos a África en el año 1973, en respuesta a una llamada de la Iglesia para ir a anunciar el Evangelio en el continente africano.
La primera comunidad se ubicó en Alto Volta, ahora Burkina Faso. En el año 1993 llegamos a Mozambique; en el 1998 a Togo y en 2008 a Costa de Marfil.

La Congregación que Mª Rosa Molas fundó en la diócesis de Tortosa, se ha visto enriquecida con los valores que la cultura de los pueblos africanos le ha aportado. Después de varios años de presencia en el continente, Dios ha llamado a jóvenes

Las Hermanas de la Consolación pisamos tierra venezolana en 1924. Con este hecho histórico, la Congregación inicia su expansión en el continente latinoamericano, continente del indio, del negro, del mestizo y del blanco.

En la actualidad estamos presentes en ocho países: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, México, Perú y Venezuela. Nos insertamos en este mundo, tan rico en culturas concretas y realidades diferentes, buscando e integrando los rasgos de consolación que subyacen en ellas y manifestando la vida del Dios, que quiere seguir consolando a su pueblo y hablando al corazón de América latina.

Asia es el continente más extenso de la tierra y está habitado por cerca de dos tercios de la población mundial, es también la cuna de las mayores religiones del mundo, como el judaísmo, el cristianismo, el islamismo y el hinduismo.

Los pueblos de Asia se sienten orgullosos de sus valores religiosos y culturales típicos, como por ejemplo: el amor al silencio y a la contemplación, la sencillez, la no violencia, el espíritu de duro trabajo. Aprecian mucho los valores del respeto a la vida,
la compasión por todo ser vivo, la cercanía a la naturaleza, el respeto filial a los padres, a los ancianos y a los antepasados.

En medio de este continente tan inmenso y tan rico en tradiciones, las hermanas de la consolación vamos extendiendo nuestras “lonas” con una presencia pequeña pero significativa, presencia de servicio, de caridad, de esperanza, sembrando consolación.
Cinco comunidades en todo el continente, dos comunidades en Corea, dos en Filipinas: Manila y Cebú y la última fundación, Myanmar.

El Carisma de la Consolación se ha ido extendiendo, desde que en 1858 Mª Rosa Molas fundara la Congregación para llevar al
hombre la Consolación de Dios, en cuatro continentes y en diecinueve países. En estos lugares hermanas y laicos damos rostro humano al Carisma, respondiendo al grito de Dios: Consolad, consolad a mi pueblo.

Nos encontramos presentes en cuatro países de Europa: España, Italia, Portugal y Eslovaquia. Nuestra presencia llega al mundo del dolor en tres hospitales y en la atención a las personas mayores en ocho residencias geriátricas. Atendemos también distintas situaciones de marginación de la mujer en cuatro centros sociales. Nuestra acción pastoral educativa se desarrolla en diecisiete colegios y en dos residencias universitarias. Tenemos otras presencias de actividad pastoral en parroquias y tres casas de espiritualidad.

Las Hermanas de la Consolación pisamos tierra venezolana en 1924. Con este hecho histórico, la Congregación inicia su expansión en el continente latinoamericano, continente del indio, del negro, del mestizo y del blanco.

En la actualidad estamos presentes en ocho países: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, México, Perú y Venezuela.

Llevamos nuestro carisma al mundo de la educación en quince colegios. En algunos de ellos con una proyección en zonas de mucha pobreza, a través de un comedor infantil y actividades de promoción humana.

Nuestra presencia en el mundo del dolor se canaliza en dos residencias de ancianos, un hogar de niños discapacitados, un cottolengo de personas disminuidas física y psíquicamente, dos hogares con niños y niñas en situación de riesgo o huérfanos y cuatro centros de actividades sociales diversas.

Seguimos siendo presencia en el mundo juvenil intelectual a través de una residencia universitaria. También prestamos nuestro servicio evangelizador colaborando en actividades pastorales en diócesis o parroquias a través de cinco comunidades creadas con ese fin. Y a quienes, en nuestro mundo de hoy, buscan encontrarse con el Señor y consigo mismos, ofrecemos nuestro servicio en dos casas de espiritualidad

En la congregación la formación humana, cristiana, apostólica y carismática de las jóvenes se cuida desde las etapas iniciales en un Noviciado Latinoamericano. Y, al final de la vida, cuando la enfermedad o la ancianidad golpean a nuestras puertas, en una casa de hermanas mayores.

“Identificadas con el carisma de la consolación, nos encarnamos, con profundo respeto y humildad, en el contexto cultural del hombre al que somos enviadas para compartir sus gozos, fatigas y tristezas y llevarle un mensaje de amor efectivo y de esperanza cristiana”.

Nos insertamos en este mundo, tan rico en culturas concretas y realidades diferentes, buscando e integrando los rasgos de consolación que subyacen en ellas y manifestando la vida del Dios, que quiere seguir consolando a su pueblo y hablando al corazón de América latina.

Asia es el continente más extenso de la tierra y está habitado por cerca de dos tercios de la población mundial, es también la cuna de las mayores religiones del mundo, como el judaísmo, el cristianismo, el islamismo y el hinduismo.

Los pueblos de Asia se sienten orgullosos de sus valores religiosos y culturales típicos, como por ejemplo: el amor al silencio y a la contemplación, la sencillez, la no violencia, el espíritu de duro trabajo. Aprecian mucho los valores del respeto a la vida, la compasión por todo ser vivo, la cercanía a la naturaleza, el respeto filial a los padres, a los ancianos y a los antepasados.

En medio de este continente tan inmenso y tan rico en tradiciones, las hermanas de la consolación vamos extendiendo nuestras “lonas” con una presencia pequeña pero significativa, presencia de servicio, de caridad, de esperanza, sembrando consolación. Cinco comunidades en todo el continente, dos comunidades en Corea, dos en Filipinas: Manila y Cebú y la última fundación, Myanmar. En estas comunidades nuestra acción pastoral va dirigida a los jóvenes, niños y ancianos. Presencia de servicio y opción por seguir extendiendo el Evangelio de Cristo, la buena nueva que se hace expresión concreta en cada comunidad y en cada hermana de la consolación en este continente Asiático.

Las Hermanas de la Consolación llegamos a África en el año 1973, en respuesta a una llamada de la Iglesia para ir a anunciar el Evangelio en el continente africano. La primera comunidad se ubicó en Alto Volta, ahora Burkina Faso. En el año 1993 llegamos a Mozambique; en el 1998 a Togo y en 2008 a Costa de Marfil.

La Congregación que Mª Rosa Molas fundó en la diócesis de Tortosa, se ha visto enriquecida con los valores que la cultura de los pueblos africanos le ha aportado. Después de varios años de presencia en el continente, Dios ha llamado a jóvenes africanas para seguirle en la Congregación creciendo el número de Hermanas nativas que, junto con las misioneras enviadas allá, muestran el rostro de la consolación en los servicios que mantienen. Estos servicios, que se dirigen a consolar manifestando el amor de Cristo a través de los gestos y obras creadas, se concretizan en diferentes obras:

· En Burkina Faso la consolación se desarrolla en centros educativos, de promoción social, especialmente de la mujer; de atención a la infancia y a los pueblos.

· En Togo la consolación tiene expresión de cuidado de la salud en el Hospital y atención social promoviendo a las mujeres jóvenes.

· En Costa de Marfil la consolación se manifiesta en el esfuerzo de las Hermanas en formación para adquirir los conocimientos necesarios para un buen desarrollo del servicio apostólico.

· En Mozambique la consolación se manifiesta educando y promoviendo a la infancia y a los jóvenes.

· En todos los lugares se cuida el anuncio del Evangelio de Cristo sobre todo desde la presencia que es testimonio del mismo y colaborando con la vida eclesial.

· La Congregación cuida además de la formación de las jóvenes que conociendo a Cristo desean seguirle en el instituto en el Aspirantado de Burkina Faso y Mozambique y en el noviciado que está en Burkina.