Desde que he conocido a las hermanas de la Consolación, he sentido la llamada de servir a Cristo al ejemplo de Santa María Rosa Molas. También, viviendo con las hermanas como estudiante y aspirante en el colegio de Dédougou, y en las etapas de mi formación he confirmado esta llamada de vivir el carisma de las Hermanas de la Consolación en el don total de mi ser y de mi vida como consagrada al Señor. He experimentado en mi vida ésta consolación de Dios que me impulsa a consolar a mis hermanos/as, compartir con ellos la misericordia y consolación de Dios.