¿De dónde nace la auténtica alegría? ¿De las circunstancias? ¿De logros? ¿De la ausencia de dificultades? ¡No! La alegría brota del ENCUENTRO… de tantos encuentros. La alegría nace de lo más profundo; es una fuente inagotable que brota del corazón mismo de Jesús, rostro de la misericordia y consolación del Padre.

  
   ¡Qué bendición, Jesús me regala la alegría para ser cauce de ese manantial infinito que es Él mismo! ¡Alegría de ser consolación al servicio de nuestros hermanos! ¡Alegría que crece cuando se comparte y es anuncio de quien todo lo puede y transforma la mirada para ser transparencia de su Amor!

Hna Valeria Vernal (Argentina)